Resumen
La Inteligencia Artificial se ha planteado desde sus inicios el objetivo de estudiar y emular las facultades mentales mediante el uso de modelos computacionales. La noción de conciencia, o conocimiento de los estados mentales propios, aparece como un rasgo esencial de la mente humana, pues permite asignar atención selectivamente y ejercer un papel causal en la conducción de las acciones. Si bien mucho se ha argumentado en torno a este concepto, hasta el presente no se ha logrado una satisfactoria explicación del mismo mediante sistemas de Inteligencia Artificial, expresados dentro de sus paradigmas vigentes, simbólico y conexionista, ambos pertenecientes a lo que es conocido como Computación Clásica y que está regida por los principios de la mecánica clásica o Newtoniana. La ontología de esta disciplina es monista y en esencia, no da cabida para una explicación natural de los aspectos que trasciendan el ámbito material. Esta investigación de carácter monográfico documental, analiza los postulados básicos de cada uno de estos paradigmas computacionales, así como los de la Computación Cuántica y plantea la hipótesis de que, en principio, la misma tiene condiciones necesarias y suficientes para ser considerada como un nuevo paradigma para la Inteligencia Artificial. Condición necesaria, en razón de las limitaciones antes mencionadas de la computación clásica y condición suficiente, en virtud de que la mecánica cuántica, sobre la cual se basa la Computación Cuántica, ofrece una ontología dualista adecuada para modelar ambos aspectos materia-pensamiento de la mente y de que el principio de Church-Turing permite basar el modelo universal de computación en la mecánica cuántica. Dicho paradigma permite modelar las facultades mentales de un modo más completo que los paradigmas clásicos; establece que el cerebro evoluciona de acuerdo a las leyes de la dinámica cuántica y se comporta como un dispositivo cuántico de medición que ejerce papel causal sobre acciones motoras y genera futuros cursos de acción. Por su parte, el pensamiento, considerado como una entidad única y completa, puede ser explicado mediante la interacción de efectos locales y no-locales
|